domingo, 28 de agosto de 2011

Y vuelta con el fútbol... hasta explotar

Una semana rara y con sensaciones diversas: el fin de semana pasado tenía que haber comenzado la Liga y no lo hizo por huelga de los jugadores reclamando distintas cosas, relacionadas con lo económico (más o menos justo, pero saben cómo hacerse oír).
No juegan la Liga, pero sí juegan otro tipo de torneos, trofeos y competiciones internacionales: Vemos, entre otras cosas, la Supercopa de España, con polémica por la impotencia de un entrenador que solventa todo a costa de cizaña de sus jugadores en el campo y salidas de tono fuera del terreno (la política de "que hablen de mí, aunque sea para mal"). Y la Supercopa de Europa, con el mismo ganador en un partido mucho más bonito y mejor jugado (menos los últimos minutos, pero la imptencia es comprensible, y perdonable).
Llega la vuelta de la Liga, en la Jornada 2, aunque sea la primera que se ve y se... ¿oye? Perdón, sólo se ve por quienes pagan y los que quieren oír se encuentran vendidos a la nada, al enfado, a la incomprensión. La Liga de Fútbol Profesional decide (porque sí) que a partir de ahora cobra a los periodistas de radio que quieran entrar a ofrecer los partidos a sus oyentes, "como la tele". ¿Alguien se han planteado que las teles (excepto un partido por jornada) reciben dinero de quienes ven los partidos por ese "servicio"? ¿Y no se han dado cuenta de que la radio es GRATIS? No se puede cobrar a las radios (grandes, pequeñas o medianas) por un servicio que históricamente NO se ha pagado (a eso siempre se le ha llamado "derechos adquiridos", ¿no?) y que no hay cómo hacer (al menos hasta el momento) que el usuario pague por ellos.
En medio de toda esta polémica, viendo ayer un partido de Liga por televisión de pago, un amigo dijo una frase que ilustra a las mil maravillas esta situación: "ordeña la vaca, pero no le cortes las ubres".
El problema es ese: van a cortarle las ubres a la vaca (ya no gallina de los huevos de oro) y la gente no va a pasar por el aro de algo así y van a cambiar de deporte, o de afición o de forma de obtener lo que desean. Estamos en un país de picaresca, de nuevas tecnologías, de  "elque la sigue la consigue". Esto causará revuelo, pero no creo que vaya a ser fácil que se consiga. Y si se consigue, no me parece (ni me parecerá) bien.
Hay pequeñas radios que sólo consiguen no morir gracias a contar los partidos de pequeños equipos (con poca afición), pero también grandes partidos con alguna publi. No es un negocio, es subsistencia.
No creo que tomar estas medidas en un momento de crisis económica generalizada, mandar a todos esos periodistas a la calle por intentar engordar tu negocio y tus cuentas (de forma innecesaria) y cerrase en banda sin escuchar a nadie sea la opción.
Veremos lo que pasa, pero la situación es muy triste.

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