domingo, 26 de junio de 2011

Lo que me quedaba por oír

Hace unos días recibí una llamada al teléfono móvil, Me pedían unos minutos para una encuesta sobre uso y satisfacción con mi teléfono móvil y mi compañía. Como estoy un poco cansada de Vodafone (llevo más de 13 años con ellos, pero ahora descuento los días para irme), accedí. De inicio, me llamó la atención que me parecía que la operadora me había dicho su nombre, pero no el de la empresa de la que llamaba. Lo atribuí a mi mala memoria, pero bueno.
Me explicó que la conversación podía ser grabada y lo admití. Empezó a hacerme preguntas sobre mi consumo, mi uso, mi satisfacción con la cobertura, con la atención telefónica, con la facturación, con la página web de la operadora, con los servicios, con la información de promociones... no me corté, dije lo que opinaba, valoré mi compañía (mal) y las de la competencia (Cada una como creo)...
Lo más curioso vino al terminar la entrevista: me preguntan si tengo inconveniente en que compartan mis respuestas con mi compañía. Y aquí llega la sorpresa: al decirles que no (no tenía inconvenientes), me dicen que en realidad me llaman de Vodavone y que puedo ejercer mi deecho a la protección de datos en la sede de Vodafone.
Después de esto me surgen varias dudas:
- Si llego a decir que no quiero que compartan mis datos con Vodafone, ¿me hubieran dicho que eran ellos también?
Realmente son ellos, por lo que esta llamada me parece que es fraudulenta: me dicen que son independientes y luego no lo son; me piden permiso para compartir mis datos con una empresa que son ellos mismos; se presentan como externos a mi compañía y me preguntan por hechos que conocen o pueden consultar porque son ellos mismos.
No entiendo el objetivo de esto, pero me demuestra que mi hartazgo con ellos está más que justificado y cada vez me alegro más de que me quede menos tiempo para salir de ellos. Tengo claro que cuando llegue el mes de agosto y termine mi tiempo de permanecia, me iré. Me da lo mismo que me llamen a intentar que me quede; en esta ocasión no voy ni a escucharles. Directamente me iré. No voy a perder más tiempo con operadoras de Vodafone y no tengo ganas de regalar más dinero a esta empresa. Casi me arrepiento por la pereza para no cambiar de compañía, porque la fidelidad de 13 años sólo les ha servido para reírse de mi, para tomarse demasiadas confianzas, para desatenderme como cliente y para hartar mi paciencia hasta un límite que yo creía imposible. Pero sí, todos los límites se pueden alcanzar.
No sé definitivamente a qué compañía me iré, pero sí tengo claro a cuál no voy a volver. Lo han conseguido: detesto una marca comercial, es la primera en mi vida.

Modificación en julio 2011: Ahora parece ser que Vodafone te llama desde un número corto, contestas, no responde, y cuando cuelgas resulta que has firmado (sin saberlo, sin que nadie te informe de ello) la permanencia sin saber por cuánto tiempo ni en qué condiciones... Vamos, que ya no se puede contestar a ningún número desconocido porque te puedes estar metiendo solito en la boca del lobo... lo que hay que oír y leer.

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