martes, 10 de abril de 2012

Viajando a Egipto

Para aprovechar las vacaciones de Semana Santa y desconectar del día a día hemos decidido ir a Egipto. Un viaje combinado de 4 días de crucero y 2 de estancia en la ciudad de El Cairo, porque aunque te digan "de sábado a sábado", pues pierdes el primero y el último en volar.
Primer problema: desde la pasada revuelta, sólo viajan a aeropuertos egipcios la compañía propia EgiptAir. Desde Madrid y Barcelona, un vuelo diario. Nadie más y ninguna oferta charter o extraordinaria en periodo vacacional.
* Vuelo de ida: sale de España a más de las 3 de la tarde, se llega a El Cairo sobre las 7:30 o las 8 de la tarde, que allí, es hora de cenar y poco más, o de coger otro vuelo a Luxor o Aswan (según la dirección del crucero). En este caso se llega más o menos a media noche, traslado, y empezar al día siguiente el turismo de verdad con madrugón.
* Vuelo de vuelta: para llegar a España, sale a las 9:30 de la mañana, así es que no hagas planes para ese día...
El crucero: Es una pena ir con el tiempo medido, pero las visitas merecen la pena. Además, tal y como está el panorama, no hay mucho público, la temperatura es alta, pero no insufrible (aún, habrá que ver el mercurio en agosto).
Sin embargo, es una maravilla parar en cuatro sitios y no tener que hacer y deshacer maletas cada noche. Además, en lugar de hacer los desplazamientos el autobús, durante el trayecto se aprovecha para comer, para darse un bañito en la piscina de cubierta, para dormir la siesta (y recuperarse del madrugón y prepararse a la salida de la tarde)...
Los restos: no me atrevo a llamarlo "ruinas", porque se conservan en muy buenas condiciones, pensando que a penas se han hecho obras de restauración (sí de mantenimiento o consolidación). Es espectacular ver todo aquello: el tamaño de las piedras, la calidad de lo construido, los relieves y las pinturas (la pena son los graffitis actuales y pasados), lo detallado de muchos de los jeroglíficos, la sabiduría que revelan todos ellos...
Es una pena que en muchos sitios no dejen ni tan siquiera meter las cámaras (Valle de los Reyes o Museo de Antigüedades), pero viendo lo incívica que es la gente (en Abu Simbel no se puede fotografiar dentro, pero siempre hay algún "listillo" que intenta saltárselo), no me extraña... y nos lo hemos ganado a pulso.
El Cairo: La ciudad responde a la definición de "caótica", seguro que sería posible ponerlo como sinónimo en el diccionario. No hay semáforos, no hay pasos de cebra, no hay casi señales de tráfico (algunas informativas)... pero con lo que tienen, se gestionan a claxonazo limpio. Y la gente cruza por donde quiere y de manera continua... pero no van corriendo, ni se les ve precipitados. Se nota su "normalidad" entre los coches, cruzan caminando mientras miran a los coches (tan suicidas no son), hablan por teléfono, fuman... Y tanto tráfico caótico genera algunos problemas, entre lo que destaca la contaminación. Subir a las plantas superiores de los hoteles hace que se vea el efecto "boina" sobre los edificios y que no se vea más allá de unos cientos de metros (ya no hablamos de las pirámides, que sólo se adivinan en raros momentos).
La seguridad: No puedo decir que haya tenido miedo, ni que lo haya pasado mal ni que haya temido por mi integridad. Sí puedo decir que se nota la tensión calmada por todos lados: gente de paisano que se nota que son policías (no turistas ni ciudadanos paseantes), policía armada y con chaleco en el barrio copto de El Cairo, la visita a Abu Simbel se hace en convoy escoltado por la policía, arcos de seguridad hasta en los hoteles y centros comerciales, y hasta por tres veces en el aeropuerto antes de subir a un avión (aunque luego te den cubiertos metálicos para comer)...
Equipaje: ropa de verano que sea de algodón y de colores no muy oscuros, para no atraer demasiado el calor. Ropa amplia y, en el caso de las chicas, con mangas, sin escotes y faldas o pantalones por debajo de la rodilla (los desmontables son los ideales, 2x1). Para entrar a las mezquitas, largo; pero para pasear tampoco recomiendo lo demasiado corto, puesto que siempre te sentirás observada, los niños se meterán contigo, los adultos que estén con ellos les jalearán... no es cómodo ver cómo se meten con la gente.
Leerás por internet que por las noches refresca y que lleves algo de ropa de abrigo. Yo casi la recomendaría para los locales cerrados, porque tienen el don de poner los aires acondicionados a15º, lo que hace que frente a los más de 35 del exterior, te parezca entrar en una pingüinera... pero por la calle se nota que hay menos temperatura, pero no frío. Quizá haya otros momentos en que haga menos temperatura, pero desde Semana Santa hasta octubre, lo dudo.
* ¿Otras cosas que meter en la maleta? Pues aquí hay para todos los gustos; comento lo que leí, lo que llevé y lo que opino:
- Cámara de fotos (esto está claro), con cargador de la batería, tarjetas de memoria y todos los accesorios.
- Si tienes prismáticos, no te arrepentirás de llevarlos. Útiles para los detalles y maravillosos para apreciar las rectas de construcción entre, por ejemplo, el Templo de Hatshetsup y el de Karnak o éste con el de la antigua Tebas.
- Algo para comer entre horas (desde que desayunas a las 6 de la mañana hasta la comida, a mí se me hacía largo...). Por allí venden agua (y otras bebidas) y luego papiros, escarabajos... pero a nadie se le ha ocurrido vender galletas o barritas o chocolatillos. Es raro encontrarlos, pero los hay.
- Una linterna pequeña. En el Valle de los Reyes, los que están en las entradas te "dejaran" las suyas, a cambio de una propina cuando la devuelvas. Además, para otros casos te será muy útil, porque ya no las verás más.
- Gafas de sol, estas son básicas, como la gorra (preferible con sahariana) o sombrero de ala ancha, o pañuelo para la cabeza, o algo similar para no desfallecer.
- Euros sueltos: todo el mundo te venderá todo por un euro, desde 2 botellas pequeñas de agua (allí son de 60 cl) hasta ofertas de pulseras, collares, papiros... que dependerán de tu arte en el regateo. Aunque luego ellos también te ofrecen cambiar sus monedas por tus billetes de euro, porque en los bancos cambian los billetes (el cambio será exacto, 10:10 o 20:20, pero cuidado con los que cuelan alguna moneda que no es)
- Crema protectora alta, especialmente para las Pirámides de Giza porque allí no hay ni media sobra (en el resto de sitios sí). El sol cae a plomo desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, y a veces hasta el calor abrasa.
- Un abanico... aunque hará que los vendedores sepan que eres español/a y te persigan hablando en castellano por todos lados (también lo harán si no llevas abanico, tienen un radar infalible)
- Si vas a moverte por El Cairo, una manga larga (fina) y un pañuelo para la cabeza si eres mujer... para las mezquitas. También lo podrás utilizar para los lugares con el aire acondicionado demasiado alto y si aprovechas y lo llevas en una bolsita, cuando entres a la mezquita guardas ahí tus zapatos y no tendrás que darle propina al que los cuida en la puerta...
- Calzado cómodo para caminar sobre arena del desierto (se hunde como la de la playa), sobre asfalto, sobre piedras...
- Botiquín: gasas y esparadrapo de papel para rozaduras (de zapato, de entrepiernas, por si te haces alguna heridita y no quieres que se llene de tierra...), medicamentos básicos: paracetamol, ibuprofeno (estos "por si acaso"), algún protector estomacal (para las comidas de las que no te fíes), algún antidiarreico (en todos los grupos algunos caen tarde o temprano). Y lo que tengas que tomar en tu vida cotidiana.
- Caramelitos o chicles. Harán que no respires tanto por la boca, que no se te seque y no tengas la boca tan seca. Y si son fresquitos (de hierbabuena o así), te ayudarán a llevar un poco mejor el calor.
- El pasaporte en los dientes y luego guardado en una faltriquera o bolsillo interno, por si acaso (yo no me he sentido insegura a este respecto, pero no está de más con los pasaportes).
Y lo que no debe faltar: ganas de conocer otra cultura muy distinta, ganas de empaparse de la cultura y la sabiduría egipcia (sobre todo, la antigua), muuucha paciencia (para soportar a los miles de vendedores que te perseguirán por todas las esquinas, plazas, monumentos...)
Conclusiones: tenía mis dudas antes de ir, por todo lo que se leía en internet y lo que aparecía en las noticias. Sin embargo, no me arrepiento de haber ido, porque me lo he pasado genial, ha sido una experiencia increíble, se ve que las cosas no son una balsa de aceite, pero se puede ir sin ningún problema. Con algo de precaución y sin pasarse de valiente, no hay ningún problema. Y el país lo merece, y mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario